FELIZ APERITIVO
Si se trata de un buen aperitivo siempre será mejor un embutido artesanal, curado, con su envoltorio de tripa natural de calidad, antes que uno plastificado y por supuesto acompañado de un buen vino.
La selección de ambos debe ir en consonancia, y los vinos tintos maridan bien con los embutidos y los quesos, suelen ser una elección tanto para aperitivos como para meriendas y visitas sorpresas.
Otro de los alimentos que han venido sorprendiéndonos últimamente por su abanico de posibilidades y que es contagio del país vecino es el pan, los ingredientes de cereales básicos se han enriquecido con otros ingredientes como frutos secos, semillas, queso, mayorquina, especias… y también de múltiples formas.
Una tabla de embutidos, distintos panes alternados y una copa de vino es un éxito asegurado y más representativo de nuestros sabores. Si acompala algo verde, algún tomatito y unos frutos secos puede que la tabla sea más colorida y armoniosa, sin pasarse.
El jamón dulce habría que servirlo con un vino blanco con un bouquet no muy intenso al olfato y con burbujas.
El Ibérico y el serrano, sin embargo, necesitará de un vino tinto intenso al olfato pero suave sin extremado sabor a madera, iría bien con un Rioja o vino con crianza como el Cabernet Sauvignon.
Los salamis y los fuet que saben a su base de pimienta estaría bien maridarlo con un tinto como la garnacha y los afrutados los acompañaríamos con chorizos que van aderezados con pimentón ligeramente picantes.
Por otro lado los quesos que no faltan en la mesa como aperitivo se acompañarían con un tinto reserva para los para los curados de cabra y oveja, dejando los Ribera del Duero, Rioja Crianza o un Priorat para los azules de pasta blanda.
El caso es que unas olivas o unas almendras también pueden acompañar un buen vino, no olvides enfriarlo un poco porque su temperatura ideal oscila entre los 16º C y los 18º C .
Y tampoco olvides que lo mejor de un buen aperitivo, de su embutido y de su vino es, sin duda, una buena compañía.